La Ópera de París impacta. Ese colosal templo musical desborda la mirada sorprendida, rebosando con su abundancia impúdica los límites del lujo francés.
La colosal osamenta color arena refulgía bajo un tibio sol de primavera. Así la conocí. Soberbia y monumental. Maquillada con arcadas, columnas de mármol y frisos rebuscados. Su corona verde y un par de esculturas doradas remataban su figura palaciega con sonora contundencia.

★ Su construcción duró 13 años, ya que fue interrumpida en varias ocasiones. Se encontraron cuevas con aguas subterráneas durante las excavaciones, se detuvo por la guerra franco-prusiana, la caída del Segundo Imperio Francés y la el movimiento llamado Comuna de París en 1870.
★ El teatro tiene una capacidad para 2.200 espectadores y en el escenario pueden entrar 450 artistas.
★El diseño del edificio es conocido como Napoleón III. La fachada está decorada con frisos de mármol, columnas, estatuas de la mitología griega y bustos en bronce de compositores famosos. El interior es simplemente soberbio. Me recordó a la fastuosidad del palacio Versalles. La araña pesa más de seis toneladas y el techo alrededor de la araña fue pintado por Marc Chagall.

★ En 1896, uno de los contrapesos cayó de la araña y mató a un hombre. Gastón Leroux, el escritor parisino, se inspiró en este evento para crear su libro “El fantasma de la ópera” que publicó en 1910.
★ El edificio se inauguró en 1875. Aunque la Compañía de la Opera funciona en el Teatro de la Bastilla desde 1989, se lo sigue llamando popularmente como la Ópera de Paris. También se lo conoce como Palacio Garnier, en homenaje a su constructor, el arquitecto Charles Garnier.
★ Entrada: €14. Más información en la página web.
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