Si pasaste por la Toscana, seguramente viste el famoso Gallo Nero, el personaje más famoso de esta bendita región italiana. ¿Conoces su historia?
Chianti. Palabra de letras musicales y colores alegres, que nos transporta a Italia sin escalas. Sinónimo de un caldo morado con chispas rojizas y granates, aroma a ciruelas y poderes similares a la espinaca de Popeye, envasado en una botella panzona y simpática que incluye su propia canasta de paja tejida.
El chianti clásico es, sin dudas, uno de los vinos más célebres y prestigiosos del mundo. Se produce en la milagrosa tierra de La Toscana y lleva el sello inconfundible que lo identifica del resto de sus colegas: un “Gallo Negro».

La imagen oscura del ave se repite como una plaga implacable, no sólo en las abundantes botellas del brebaje sagrado, sino a lo largo y ancho de esa región bendecida por la naturaleza. Pero no todos conocen la razón por la cual este animal doméstico sin dotes extraordinarios o grandes talentos, es el blasón que identifica la calidad pura de la bebida.
Alrededor del emblema existe una curiosa leyenda popular que explica de dónde surgió su uso. La historia se remonta a la época medieval, cuando Siena y Florencia eran dos poderosas repúblicas, archi-enemigas entre sí y las batallas por la posesión del ”territorio del Chianti» eran constantes. Era la manzana de la discordia, ya que se encuentra justo en el medio de ambas ciudades.
Cansadas de los interminables combates, las ciudades decidieron llegar a un pacto menos sangriento y establecer los límites definitivos del territorio a través de un singular método: acordaron elegir dos caballeros que partirían, de cada ciudad a caballo. El punto donde se cruzaran los animales resultaría ser la frontera que dividiría las dos comarcas.
¿Te imaginas porque el gallo negro resultó ser el protagonista y pasó a la historia como el símbolo inconfundible del chianti clásico?
La elección del ave era crucial, ya que definiría el momento de la partida de los dos caballos.
Los sieneses eligieron un gallo blanco, se esforzaron en alimentarlo bien, querían que le sobrara energía para cantar con el primer rayo de luz. Los florentinos, por el contrario, optaron por un desafortunado gallo negro, al que encerraron en una jaula estrecha y lo mantuvieron en ayunas.
El día acordado para la partida de los caballeros, los florentinos liberaron su gallo aún antes del alba. Como estaba completamente desesperado empezó a cantar muy temprano. En cambio el gallo blanco durmió satisfecho hasta el inicio del alba, recién entonces hizo sentir su canto.
Así fue que el caballero florentino tuvo una amplia ventaja y el encuentro de ambos hombres ocurrió a sólo 12 Km de la ciudad de Siena, en el pueblo de Fonterutoli, quedando así casi todo el «territorio del Chianti» bajo la jurisdicción de la ciudad de Florencia.

Después de este hecho, el «Gallo Negro» se convirtió en heroe y fue elegido como el símbolo de la Liga del Chianti. Desde entonces permanece como su sello inequívoco. Una botella con este emblema indica que contiene el prestigioso vino conocido en el todo el mundo como Chianti.

No se sabe si esta leyenda realmente sucedió, pero es interesante ¿no?
¿Alguna otra leyenda urbana para compartir?