Debo confesar que después de haber pasado muchas veces por el costado de esta localidad, recién en este último viaje pude dedicarle un poco de tiempo para pasear por sus calles.

Humahuaca me sorprendió gratamente.
Era un día especial. 1 de enero de 2022. Un sol despiadado castigaba lo que encontraba a su paso. Llegamos cerca de las tres de la tarde, después de nuestra visita al Hornocal y la prioridad era encontrar algún lugar dónde almorzar. Nos refugiamos en un pequeño comedor con nombre tan pomposo como gracioso. La vaca estudiosa de Humahuaca, en alusión a la entrañable canción de María Elena Walsh que nos acompañó a tantos durante nuestra infancia.

Caminé por sus calles desiertas. Casi todos estaban resguardados dentro de sus casas, el calor era casi violento. Pasé por el Cabildo de la Municipalidad de Humahuaca, un llamativo edificio blanco justo frente a la plaza principal. A pocos metros, la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria parecía dormir al igual que los habitantes del pueblo. No pude entrar, porque estaba cerrada. En su interior habitan doce cuadros del 1764, que representan a los doce profetas. ¡Otro motivo para volver!

A pocos metros de ahí, el colosal Monumento a los Héroes de la Independencia corona con grandiosidad el silencio de la tarde sofocante. En lo alto de todo, la gran figura del cacique Viltipico, poderoso referente de la tribu omaguaca, se destaca sobre un cielo desnudo y limpio.

¿Conocés Humahuaca? ¿Te gustó?